jueves, 1 de marzo de 2012

AÑO BISIESTO, NECESARIO PARA LA ESTABILIDAD DEL CALENDARIO


Cada cuatro años, el mes de febrero tiene la excepción de contar con veintinueve días, muchas personas en el mundo aún se preguntan el porqué de esta situación y la manera de cómo afecta al tiempo en general. La historia nos permite conocer algunas informaciones acerca de tal fenómeno en diferentes épocas, así como los personajes que estuvieron involucrados en la toma de decisiones al respecto.


Para tener una mejor comprensión del tema, aportamos el significado de calendario el cual es: CALENDARIO, sistema de medida del tiempo para las necesidades de la vida civil, con la división del tiempo en días, meses y años. Las divisiones del calendario se basan en los movimientos de la Tierra y las apariciones regulares del Sol y la Luna.

Un día es el tiempo medio necesario para una rotación de la Tierra sobre su eje. La medición de un año se basa en una rotación de la Tierra alrededor del Sol y se llama año estacional, tropical o solar. Un año solar contiene 365 días, 5 h, 48 m, y 45,5 segundos.

Resulta que en Roma se dio un problema extraño: las fechas dejaron de coincidir con las estaciones, con las fiestas religiosas y con el clima; a tal grado llegó la molestia que tuvo que intervenir el emperador Julio César, máxima autoridad del Imperio Romano quien delegó la responsabilidad de estudiar el fenómeno al astrónomo griego Sosígenes.

En el año 45 a.C. Cayo Julio César, siguiendo el consejo del astrónomo griego Sosígenes (siglo I a.C. oriundo de Alejandría), decidió utilizar un calendario estrictamente solar. Este calendario, conocido como calendario juliano, fijó el año normal en 365 días, y el año bisiesto, cada cuatro años, en 366 días. Año bisiesto es el año de 366 días que excede en un día al año común. El día añadido se aplica al mes de febrero, que pasa de 28 días a tener 29 en los años bisiestos.

El concepto de año bisiesto se remonta al año 46 a de C y fue creado por el astrónomo griego Sosígenes. La expresión 'bisiesto' procede de bis sexto calendas martias, nombre que los romanos daban al día 25 de febrero cuando el año era bisiesto, y en el que se intercalaban seis días antes de las calendas del mes de marzo.

Luego del estudio correspondiente, Sosígenes de acuerdo a sus cálculos encontró un error, el cual consistía en haber asignado al año 365 días redondos mientras que su duración era de 365 días y 6 horas. Esa diferencia parecía insignificante, pero al hacer cuentas encontraron que se había dejado de contar 90 días en el calendario. Y para corregir el problema por medio de un Decreto del Emperador se le agregaron los días faltantes a ese año, el cual tuvo 445 días y se le conoció como "el último año de la confusión"

Como resultado de las investigaciones de Sosígenes, el emperador Julio César reformó el calendario romano del rey Numa Pompilio y, debido al retraso que este presentaba respecto al año solar, añadió cada cuatro años un día más; sin embargo, la reforma juliana producía un error de un día cada 128 años.

En el siglo XVI se repitió en Roma el fenómeno de la inexactitud de fechas con climas y fiestas; época del papado de Gregorio XIII, quien encargó a una comisión de astrónomos una solución que por fin terminara con este problema; los científicos se basaron en la propuesta de un científico matemático italiano llamado Luigui Lilio quien encontró que la regla que puso Sosígenes había sido correcta, tenía problemas de exactitud, pues la fracción que él tomó como de 6 horas completas era en realidad 5 horas, 48 minutos y 45 segundos. Como consecuencia de haber redondeado esa cifra se habían contabilizado 10 días de más en el calendario, lo que obligó a quitarlos.

El Papa Gregorio XIII decretó que se eliminaran 10 días del mes de octubre de 1582, de manera que de un día para otro, la gente pasó a vivir del día 4 al 15 de octubre como la cosa más normal. Los días del 5 al 14 nunca existieron. Para evitar que se siguieran acumulando más días, Lilio inventó una regla adicional a la del año bisiesto, que consiste en que todos los años de fin de siglo serán bisiestos sólo cuando sean divisibles por 4 y 400; con base a esto, el año 160 si fue bisiesto, pero no así los años 1700, 1800 y 1900 que fueron "normales".


¿Y LOS NIÑOS QUE NACEN HOY?

Quienes nacen el día 29 reciben el nombre de “Leapers”, proveniente de la traducción al inglés de “año bisiesto”. Lo más curioso de los leapers es que cuando cumplen 28 años de vida, se podría decir que en realidad cumplen siete años, consiguiendo la fórmula de la "eterna juventud".

Además, en Irlanda, los bebés nacidos este peculiar día, reciben un premio equivalente a poco más de unos 1.100 dolares.

Es que en la antigüedad, se decía que los niños nacidos en día bisiesto eran personas especiales, con poderes o capacidades substancialmente sobresalientes. Actualmente, está comprobado que la cuenta astrológica no tiene relación directa con los nacimientos.

Siempre existieron grandes incógnitas alrededor de este día, por ejemplo ¿Qué sucede con los niños o niñas que nacen en este día? ¿Cuándo festejan su cumpleaños el 28 de febrero o el 1 de marzo o cumplen cada cuatro años?.

Esto depende del Registro Civil de cada ciudad, ya que existen casos en que se da la opción de que los padre escojan el día en que registrarán a sus hijos, puede ser el 28 de febrero o el 1 de marzo. Pero según algunos padres no tienen grandes dificultades para registrar el nacimiento el 29 de febrero.

Sin embargo, existen otros casos que registran a los niños en esa misma fecha y no dan la posibilidad de elegir entre el 28 o el 1 de marzo. Pero comúnmente las personas que nacen en este día pueden festejar su cumpleaños tanto los días 28 de febrero como 1 de marzo, según el gusto de cada cumpleañero o hasta pueden elegir celebrar los dos días.


Mitos y creencias

Pese a la explicación astronómica o científica, este año para algunos países tienen varios mitos, tradiciones y supersticiones que se celebran o temen en este “día bisiesto”. Por ejemplo en los países de habla inglesa, se denomina “Día Bisiesto - Leap Day” al 29 de febrero, el cual es un día extra agregado durante un año bisiesto. En Irlanda tenían costumbres muy particulares en donde las mujeres proponen a sus hombres casamiento. Un hombre esperará una penalidad, como una multa o dinero, si él rechaza una propuesta de matrimonio de una mujer en un “día bisiesto”. De acuerdo a una vieja leyenda irlandesa, o posiblemente un hecho real, Santa Brígida hizo un trato con San Patricio para permitir a las mujeres proponer matrimonio a los hombres cada 4 años. En otros lugares, el 29 de febrero es conocido como “Día de los solteros”.

En muchos países europeos, especialmente en las clases altas de la sociedad, la tradición dicta que cualquier hombre que rechaza una propuesta de matrimonio el 29 de febrero, tendrá que comprarle a la mujer 12 pares de guantes. La intención es que dichos guantes sirvan para ocultar la “vergüenza” de no tener un anillo de compromiso.

Como no puede faltar este día también esta relacionado con un récord mundial como el de “bebés nacidos en día bisiesto”, de acuerdo al libro de Récords Guinnes, hay una persona que tiene familia produciendo tres generaciones consecutivas nacidas el 29 de febrero y una familia el número de niños nacidos el 29 de febrero en la misma familia.

Por último existen otras tradiciones dicen que es un día de mala suerte como en Escocia se consideraba de mala suerte que alguien naciera el 29 de febrero, al igual que un viernes 13 es considerado un día de mala suerte. En Grecia es de mala suerte que una pareja se case en “año bisiesto”, y mucha más mala suerte si se casan en ese día.


CICLO DE LA NATURALEZA 



El hecho de que este día de más se añada en febrero se debe a que el cómputo que se realiza depende del solsticio de invierno y de la distancia de la luna respecto a la Tierra. Expertos aseguran que el año bisiesto «arregló los desperfectos que había» y han añadido que aún así quedan unas pequeñas diferencias que, en un año o lustro no se aprecian, pero que se notan a largo plazo.


De hecho, los científicos corrigen y regulan estas décimas de segundo tanto en los relojes como en los calendarios. En ese sentido, las fiestas litúrgicas, no cambian de fecha y otras, que son movibles, dependen de las lunas, como el Carnaval o la Semana Santa. 









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