No hace falta decir que la política ha desempeñado un papel muy directo en los Juegos Olímpicos modernos. Boicots de ahora tú y después yo entre los países más poderosos del planeta, mientras se hacían oídos sordos con respecto al régimen de apartheid de Sudáfrica.
Largo y tortuoso ha sido el camino con protestas y manifestaciones similares, aunque curiosamente sólo una fue en contra del propio símbolo de la luz. Ocurrió durante los JJOO de Melbourne 1956 y su protagonista un estudiante de veterinaria de la universidad de St. Johns en Sidney, Barry Larkin.
![leget56](http://elbauldejosete.files.wordpress.com/2011/09/leget56.jpg?w=480)
Un momento histórico que no podía desaprovechar el estudiante de veterinaria, para dejar en entredicho el emblema de los juegos olímpicos.
Larkin y otros ocho estudiantes, tenían previsto protestar contra la llama olímpica. Una de las razones fue que el relevo de la antorcha olímpica fue inventado por los nazis en los JJOO de Berlín de 1936, como un impulso simbólico para retratar al Tercer Reich de Adolf Hitler como un estado moderno y económicamente dinámico. Cabe decir, que aunque fueron los primeros, la idea de organizar un relevo de la antorcha olímpica fue propuesta por primera vez en los JJOO de Amsterdam de 1928 por Theodore Lewald, un miembro de la federación internacional olímpica.
![Olympictorche-Berlin](http://elbauldejosete.files.wordpress.com/2011/09/olympictorche-berlin.jpg?w=341&h=230)
Es en este momento histórico es cuando Larkin y sus compañeros comienzan su descabellada protesta. El plan consistía en que algunos de los estudiantes fueron vestidos con pantalón corto blanco, camiseta blanca y linternas. Otros, de escoltas vestidos con uniformes de la reserva aérea y montados en motocicletas. Y como antorcha olímpica, una falsa pata de una silla de madera pintada de gris, coronada con un pastel de ciruelas y un par de calzoncillos usados, puestos dentro de una lata empapada con queroseno. (épico).
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Pero para asombro del grupo, a medida que avanzaban la confusión fue total. La gente enfervorecida y con ganas de recibir la antorcha, aclamaba la curiosa llegada de la comitiva estudiantil. La policía que pensaba que era Dillon recorrió el resto de la ruta, protegiendo al último relevo del grupo, el mismo Larry Larkin.
![postcard-olympic-flame](http://elbauldejosete.files.wordpress.com/2011/09/postcard-olympic-flame.jpg?w=480)
El alcalde Pat Hills.
Fue entonces cuando alguien le susurró al oído del alcalde, “Esa no es la antorcha”. De repente, el alcalde se dio cuenta de lo que llevaba y celebró con orgullo en su mano la pata de la silla coronada por un pastel de ciruelas y unos calzoncillos completamente ya calcinados…Cuando el alcalde miró a su alrededor, Larkin ya se había desvanecido entre la multitud que le rodeaba.
Minutos más tarde llegó el verdadero Harry Dillon y la histórica llama olímpica continuo el camino que todos sabemos…
![Captura de pantalla 2011-09-10 a la(s) 18.59.06](http://elbauldejosete.files.wordpress.com/2011/09/captura-de-pantalla-2011-09-10-a-las-18-59-06.png?w=480)
La identidad del corredor bribón sólo se reveló públicamente años más tarde.
“ El ruido era ensordecedor, muchos fotógrafos, me sentí muy extraño,..lo único que podía pensar era, que hago yo aquí y que pasará cuando llegue”. “Afortunadamente todos se quedaron perplejos ante la antorcha, me di la vuelta, volví a bajar las escaleras, cogí un tranvía y tranquilamente hice el viaje de vuelta a la universidad “.
En el 2000, los juegos Olímpicos se celebraron de nuevo en Australia, y una vez más la antorcha fue llevada por los corredores de todo el país. Numerosos periódicos tuvieron la oportunidad de contar la historia de la broma de Larkin, lo que llevó a las autoridades a estar atentas y preparadas ante cualquier repetición de los hechos. Aunque un joven trató de apagar la llama con un extintor, nadie jamás logró repetir la broma del “relevo de ropa interior de los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956″.
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